Empresarios nicaraguenses piden frenar la actividad económica para detener el avance del coronavirus
La principal patronal de Nicaragua llamó al sector privado del país a realizar un cierre parcial de actividades, tras conocerse la «alarmante situación» de la pandemia en su territorio, en el que oficialmente sólo se reconocen 759 casos de coronavirus y 35 muertos.
El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), recomendó a última hora de ayer que «aquellas empresas en el ámbito de negocios no esenciales, que tengan condiciones para hacerlo, cierren sus operaciones, mientras se reduce la tasa de contagio, tomando como referencia el tiempo propuesto por la comunidad médica», es decir entre dos y tres semanas.
Las asociaciones médicas llamaron a la población nicaragüense a aplicar «con urgencia una cuarentena nacional de forma voluntaria», ya que, de lo contrario, la pandemia «amenaza con agravarse en los próximos días y semanas, con terribles y funestas consecuencias».
Hasta el momento, el gobierno nicaragüense sólo dio cuenta de 759 contagios de coronavirus y 35 muertes, pero el Observatorio Ciudadano Covid-19, un centro independiente, lleva contabilizados hasta el día de hoy 3.725 casos y 805 fallecimientos a causa de la enfermedad.
Cosep recomendó a las empresas «utilizar el teletrabajo en la mayor medida posible» y, cuando no es posible, aplicar «de forma estricta las medidas de prevención que han venido implementando para proteger a sus colaboradores (trabajadores), proveedores y clientela», según recogió la agencia de noticias EFE.
La cámara empresaria ya había tomado diferentes medidas de prevención social desde que la pandemia llegó a Nicaragua, en marzo pasado, pero ahora advirtió que esas acciones «van a tener un impacto limitado si el Gobierno no asume su responsabilidad» y adopta las medidas de salud publica recomendadas por Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El gobierno de Daniel Ortega viene negándose hasta el momento a detener la actividad económica y aplicar normas mínimas de prevención social recomendadas para evitar que el coronavirus se expanda a gran velocidad y sature el sistema sanitario.
En Guatemala, en tanto, la preocupación por la saturación de los hospitales ya es casi una realidad, según afirmó Edwin Asturias, director de la recientemente armada Comisión Nacional contra la Covid-19.
«Estamos en un momento crítico. El número de pruebas positivas que tenemos nos indican que hay una transmisión ya bastante extendida en la población», aseguró Asturias, en una conferencia de prensa.
Guatemala contabilizó ayer la muerte de ocho personas y 249 nuevos casos, con lo que son 5.336 los contagios en total y 116 los muertos por coronavirus en ese país.
El presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, había decretado una cuarentena general el 15 de marzo y toque de queda desde el 22 del mismo mes, cuando se contabilizaban 18 casos y un fallecido, pero el 3 de mayo decidió la reapertura gradual de actividades.
La reapertura, sin embargo, se vio interrumpida el 14 de mayo cuando el conservador Giammattei, médico de profesión, ordenó a la población confinarse durante 21 horas diarias los viernes, sábados y domingos debido al ascenso de casos.
Actualmente, Guatemala se encuentra bajo toque de queda de seis de la tarde a cinco de la mañana los siete días de la semana.
En la vecina Honduras, en tanto, el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos reportó anoche la muerte de cinco personas por Covid-19, lo que eleva a 217 la cifra total de fallecidos, de un total de 5.362 contagiados.
El organismo público anunció en cadena de radio y televisión que de los 575 tests realizados ayer, 160 dieron positivo, la mayoría de ellos en el departamento de Cortés, en el norte del país.
Uno de los problemas que ha tenido Honduras durante la pandemia por el coronavirus, son las pocas pruebas PCR que se practican a diario, las que pocas veces han superado las 600 por día, cuando lo ideal serían entre 2.000 y 3.000, según la opinión de fuentes médicas.