Llega este viernes la segunda entrega de «The Umbrella Academy»
La segunda temporada de los traumados y disfuncionales superhéroes de “The Umbrella Academy”, serie basada en el cómic de Gerard Way y Gabriel Bá, se estrena este viernes a través de Netflix con una tanda de diez episodios más entretenidos que los de su entrega inaugural de 2019.
Los nuevos capítulos de la serie creada por Steve Blackman parecen haberse propuesto desafiar aquel adagio que reza “segundas partes nunca fueron buenas”, y retoma la historia de los adoptivos hermanos Hargreeves con una dosis menor de melodrama y un mejor sentido de la acción y la aventura.
Ese reajuste redundó en episodios más cortos (un promedio de 45 minutos por capítulo, en lugar de los de cerca de una hora de la primera temporada), aportando más ritmo y eliminando muchos de los rodeos que generaron comentarios negativos en la crítica especializada el año pasado.
La trama da continuidad inmediata a los sucesos del final de la temporada debut de la serie: luego de intentar infructuosamente evitar el Apocalipsis que uno de ellos generaría, Cinco (Aidan Gallagher) usa sus poderes para llevarlos a todos a otro punto temporal.
Sin embargo, el salto en el tiempo no sale bien y los hermanos acaban todos en un mismo callejón de la ciudad de Dallas, pero en distintos momentos; el primero en 1960 y el último en 1963.
Creyéndose los únicos sobrevivientes y atrapados en ese momento y lugar de la historia, algunos de ellos han rehecho sus vidas: Klaus (Robert Shehan) inició un culto hippie-new age, Allison (Emmy Raver-Lampman) se casó, decidió dejar sus poderes de lado y se vuelve una activista por los derechos civiles de los negros, y Luther (Tom Hopper) encontró un trabajo y un jefe al que ve como la figura paternal que nunca pudo tener.
Por otro lado, Diego (David Castañeda) no abandonó su complejo de héroe pero acaba encerrado en un neuropsiquiátrico y Vanya (Ellen Page) no recuerda nada de su pasado, ni mucho menos que es la causante del fin del mundo en 2019, y es acogida por una familia en una apacible vida de granja en las afueras de la ciudad.
Cinco es el último en llegar, y descubre que, como suele ocurrir con los viajes en el tiempo, su presencia ahí no sólo pasará inalterada sino que producirá un nuevo Apocalipsis nuclear, esta vez pocos días después del asesinato de John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963.
Ahora los miembros de la Umbrella Academy deberán encontrar la forma de reunirse otra vez para detener el Día del Juicio Final, todo mientras los persigue un trío de despiadados asesinos suecos y rastrean los orígenes en los ’60 del excéntrico y despiadado millonario empresario que décadas más tarde los adoptaría a todos y los entrenaría para conformar un grupo de justicieros.
En un cada vez más abarrotado subgénero de series inspiradas en cómics, “The Umbrella Academy” se ubica en la esquina de cierto “revisionismo” del concepto de héroe.
Como “Doom Patrol” o la icónica “Watchmen”, a la que hace frecuentes referencias a modo de homenaje, esta serie presenta una colección de personajes que viven sus poderes menos como un don divino que como una maldición, que exhiben un compromiso muchas veces lábil con el prójimo y el bien público.
Poder teletransportarte en el tiempo y en el espacio, la súper fuerza, invocar espíritus luchadores o la telequinesis, entre otros dones, son entonces virtudes relativas en una existencia que la mayoría vive desde el nihilismo y la desidia.
Será misión de Cinco convencer al resto de que la existencia sí tiene sentido y que vale la pena actuar y salvar a la humanidad antes que quedarse sentados y no hacer nada.