Se recuperan las internaciones cardíacas, tras la abrupta caída por la pandemia
El promedio de internaciones por infartos agudos de miocardio había descendido durante los meses de marzo y abril y se recompuso durante mayo y junio, según consigna un relevamiento internacional.
Pese a que la mortalidad intrahospitalaria por infarto agudo de miocardio grave pegó un salto del 6% al 11,6% entre fines de marzo y el 30 de junio pasado, el nivel de internaciones fue recuperándose en el mismo período pasando de los 2,5 a 4,5 casos diarios y muy cerca de los valores históricos de 5,26, según datos de la iniciativa Stent-Save a Life.
«Recuperar el promedio histórico de internaciones por infarto significa que la gente no está cursando el episodio en su casa por temor a asistir a una guardia médica y contagiarse de Covid-19, sino que está recibiendo atención a cargo de especialistas en tiempo y forma, lo que incrementa notablemente las chances de éxito», afirmó el presidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI), Diego Grinfeld.
El «abordaje de este cuadro de por sí muy complejo», generalmente consiste «en un tratamiento de reperfusión coronaria (reapertura de la arteria ocluida) mediante la realización de una angioplastia», completó.
El promedio de internaciones por infartos agudos de miocardio en todos los Centros argentinos que participan del relevamiento internacional Stent-Save a Life que había descendido a 2,5 del 20 al 31 de marzo y a 3,2 durante abril, se fue recomponiendo a 3,8 pacientes en mayo y 4,5 durante junio.
En el período de aislamiento estricto se vio también una duplicación de los infartos de miocardio con falla cardíaca aguda, que llegó al doble de las cifras anteriores a la cuarentena, casos graves y de alta mortalidad donde al evento se suma un cuadro de falla cardíaca aguda (insuficiencia cardíaca), producido por una consulta tardía.
Tomando los datos del mismo relevamiento, la mortalidad intrahospitalaria en Argentina por ese tipo de infarto subió del 6% al 11,6% en el mismo período de 2020 con la cuarentena por la pandemia de coronavirus.
«Esa casi duplicación de la mortalidad no significa otra cosa que gente llegando tarde a las guardias con síntomas coronarios mucho más graves y avanzados; pero afortunadamente esta situación paulatinamente en los últimos meses está revirtiéndose», explicó el ex presidente del CACI, Alejandro Cherro.
En opinión de los especialistas, también contribuyó a mejorar el control y tratamiento de la enfermedad cardiovascular el advenimiento de la ‘telemedicina’, que si bien es una disciplina incipiente que precisa de mucha más aceptación por parte de las obras sociales y prepagas, representa una herramienta valiosa para que la gente no suspenda sus controles de rutina.
También para que el médico pueda hacer un seguimiento más riguroso e indicar los estudios, cambios de medicaciones o recomendaciones generales según cada situación.
«La posibilidad de conversar en forma remota con el paciente, saber si algunos síntomas se mantienen, disminuyen o si han empeorado, conocer su presión arterial si cuenta con un tensiómetros automático en su hogar, entre otras informaciones, nos ayuda a tomar decisiones y a mantener la adherencia del individuo a los tratamientos», manifestó Daniel Berrocal, ex presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y miembro del CACI.
Desde el CACI recordaron que los hospitales de todo el territorio argentino son lugares seguros muy preparados para proteger tanto a los pacientes como al personal de salud de todo posible contagio por Covid-19.
«No debemos perder de vista que las afecciones cardiovasculares, entre las cuales las principales manifestaciones son el infarto agudo de miocardio, el ACV (stroke) y la insuficiencia cardíaca, son responsables cada año en la Argentina de casi 100 mil muertes, lo que representa en promedio 273 fallecimientos diarios», completó Grinfeld.