¿Qué es el sistema Braille y cómo funciona? La historia de Louis Braille

 

El sistema Braille ha permitido integrar a los discapacitados visuales a la educación durante los últimos dos siglos.

¿Cómo nació este sistema Braille y cómo funciona?

Francia, 1814. Un accidente dejó al pequeño Louis Braille completamente ciego a los cinco años. Cuanto tenía 3, en el taller de su padre y usando un objeto puntiagudo, perdió un ojo; dos años después, la infección se fue al otro.

A principios del siglo XIX no era mucho lo que podía hacerse en estos casos.

Con siete años, sus padres lo enviaron a la escuela local, aprendiendo con la recitación, pero sin la posibilidad de leer o escribir.

Pero la vida dio otra vuelta cuando ganó una beca para el Real Instituto para la Juventud Ciega de Francia, con 10 años de edad. Era 1819 y se abría una nueva era para los discapacitados visuales en el mundo.

Braille, y los otros jóvenes del instituto francés, estudiaban con libros impresos con letras en relieve. Pero para 1821, un capitán del ejército francés, Charles Barbier, mostró un sistema de lectura que se usaba en campaña para leer órdenes en la oscuridad.

El método consistía en usar puntos y guiones en relieve. Con esto se evitaba encender fuego para la lectura, protegiéndose frente al enemigo.

Las mejoras de Braille para el método de aprendizaje de Barbier

Con 15 años de edad. Braille perfeccionó el sistema presentado por Barbier, reduciendo los puntos en relieve, quedando del tamaño justo para sentirlos con la yema del dedo.

Como explica Discapnet, el sistema Braille forma símbolos para cada letra o número combinando 6 puntos.

Los puntos que están en relieve representan una letra o signo de la escritura en caracteres visuales: el tamaño y la distribución de los 6 puntos forman el Signo Generador, que permite 64 combinaciones.

Así, este sistema de lecto-escritura para ciegos trascendió en el tiempo, permaneciendo como la manera más importante de integración de los discapacitados visuales a la educación.

Braille murió a los 43 años de edad, víctima de una tuberculosis. En 1952 sus restos fueron llevados al Panteón en París, pero sus manos se quedaron en su natal Coupvray, como símbolo de su aporte a la humanidad.