EEUU y el mundo se movilizan por Floyd para exigir el fin de la injusticia y la violencia racial

 

La campaña mundial a favor del fin de la injusticia racial y la brutalidad policial prometía crecer hoy con protestas en Estados Unidos y otros países y con un segundo evento para honrar la memoria del afroamericano George Floyd, cuya muerte a manos de un policía desató la mayor ola de protestas y tensión racial en medio siglo en suelo estadounidense.

Homenajes formales y espontáneos a Floyd se han extendido desde Estados Unidos al Reino Unido, Francia, Alemania, Sudáfrica y varios países más, incluyendo a la Argentina, en casi todos los continentes desde su muerte en la ciudad de Minneapolis el 25 de mayo a manos de un policía blanco que lo redujo en el piso y le clavó la rodilla en el cuello hasta matarlo.

El episodio fue grabado en video por un transeúnte.

En Carolina del Norte, el estado del oeste de Estados Unidos donde nació Floyd, el féretro con los restos del afroamericano llegó a una iglesia de la ciudad de Raeford para un evento público en honor a su memoria que seguirá con un servicio religioso y que servirá de antesala a su entierro, el lunes próximo, en Texas, donde pasó la mayor parte de su vida.

El féretro fue portado hacia el interior del templo entre dos filas de unas 100 personas cada una, mientras de fondo se escuchaban cantos de «poder negro», «George Floyd» y «sin justicia no hay paz».

En Washington, las autoridades se preparaban para una marcha por Floyd que se espera sea la mayor manifestación contra la brutalidad policial en la capital, y, en un intento de reducir las tensiones, el gobierno del Distrito de Columbia mantendrá el despliegue de miembros de la Guardia Nacional ordenado días atrás luego de violentas protestas, pero no podrán portar armas.

Gran parte del centro de la ciudad fue cerrado al tráfico con vehículos militares y por policías de uniforme.

La Casa Blanca fue fortificada con una nueva valla y rodeada de medidas de precaución adicionales luego de una semana de protestas en sus cercanías, a veces violentas.

El presidente Donald Trump, al que muchos manifestantes acusan de haber agravado el racismo en Estados Unidos, se encontraba en la Casa Blanca, y no tenía eventos públicos, informó la cadena CNN.

Aunque ha amainado la violencia de las protestas, que durante varias noches incluyeron saqueos, incendios y enfrentamientos con la policía, los manifestantes han prometido continuar el pulso en las calles hasta que se atiendan sus reclamos de una reforma policial y del sistema judicial que termine con la discriminación y la injusticia que sufre la minoría negra de Estados Unidos.

En Minneapolis, la ciudad acordó ayer prohibir las técnicas de estrangulamiento policial y hacer obligatorio que otros policías intervengan cuando vean a un colega apelar a un uso de la fuerza no autorizado. Los cambios fueron fruto de un acuerdo entre la ciudad y funcionarios del estado de Minnesota que habían iniciado una investigación sobre la muerte de Floyd.

Se espera que el Concejo Municipal apruebe el acuerdo.

Activistas de otros estados, como Michigan, también quieren prohibir los estrangulamientos.

Ayer, por tercera noche consecutiva las protestas en varias ciudades de Estados Unidos por Floyd volvieron a ser pacíficas.

En Washington, empleados municipales y activistas pintaron con letras gigantes sobre una calle que conduce a la Casa Blanca la frase Las Vidas de los Negros Importan (Black Lives Matter); un gesto que demuestra la solidaridad del gobierno capitalino a un movimiento de protesta que lo ha enfrentado con Trump.

Otro de los gestos de respaldo a los manifestantes que se incrementó en los últimos días fue el retiro de símbolos esclavistas en diversas localidades, sobre todo, en los estados sureños donde la supremacía blanca y la esclavitud rigieron con fuerza hasta finales del siglo XIX.

El jueves pasado, decenas de miles de personas participaron de un primer homenaje a Floyd en Minneapolis.

La multitud asistente hizo silencio durante ocho minutos y 46 segundos, el tiempo que el policía Derek Chauvin mantuvo su rodilla sobre el cuello de Floyd.

Tres de los cuatro policías que arrestaron a Floyd supuestamente por haber pagado con dinero fueron acusados de complicidad en un homicidio.

Chauvin está acusado de homicidio. Los cuatro podrían recibir condenas de hasta 40 años de prisión.